La región se considera netamente aurífera, y data desde el año 1540, y fue aquí donde se inició la fiebre de oro más grande del Estado al descubrirse placeres cerca de Soyopa, ricos en pepitas de Oro sobre el rio Yaqui, motivando la movilización de miles de indígenas de varias tribus, llegando a concentrarse hasta tres mil yaquis diariamente trabajando en el sitio, por lo que la explotación duró hasta finales de 1780.
Debido a que las pepitas de oro no requerían ningún tipo de proceso de purificación, las colonias de mineros establecidos eran efímeros, dado que duraban pocos años en la extracción del Oro.

Los orígenes de estos depósitos fueron causados por la acción de la erosión por el viento y las lluvias, las montañas de la antigua sierra se habían reducido hasta casi la mitad y algunos hasta su base dejando una serie de masas de rocas disgregadas en forma de lomerios bajos. El oro proveniente de las vetas de cuarzo de las antiguas montañas se fueron depositando por miles de años en forma de pepitas y polvo de oro. En lo que respecta a nuestros lotes mineros existe un inmenso potencial dado que se conservan millones de toneladas de material sin procesar, prácticamente virgen, de los cuales se pretende explotar con una técnica llamada cribado y lavado por volumen, en donde se separán los materiales finos de los gruesos para recuperarlos solo por gravedad. Se realizó un amplio muestreo dando una ley promedio de 3.46 gr/ton. Es importante destacar que NO se empleará ningún tipo de material químico para el proceso tales como mercurio o cianuro que tanto dañan al medio ambiente. Para nuestras reservas se hizo un estudio de volumetria en las primeras 75 hectáreas en uno de los lotes del proyecto 1 Soyopa, y se cubicaron alrededor de 44 millones de toneladas de material en Terrazas Aluviales, de las cuales se calcularon 1,414,790 Onzas de Oro, tomando como base un solo gramo por tonelada, que equivalen a 43.59 toneladas de Oro en un tercio del composito. Todos nuestros trabajos a realizar serán por medio de zanjas a tajo abierto que se realizaran en el terreno, recuperando los materiales por el proceso ya descrito y que nos permite extraerlo de las diferentes capas establecidas en el subsuelo, así como en las paredes del cauce y la ribera del rio, siempre manteniendo el equilibrio del ecosistema, depositando en el mismo lugar de su extracción el material procesado al que se le sembrará bufel cómo forraje para el ganado, transformando las tierras sin uso en áreas útiles, cumpliendo así con nuestras políticas de no dañar la ecología y proteger a la naturaleza.